Andrea Ruzo, directora del proyecto DPM: "La participación de los pescadores es fundamental para separar y almacenar la basura y llevarla a puerto"
Andrea Ruzo es la directora del proyecto DPM (Digital MarineLitter Passport), con el que se pretende reducir la basura marina en las costas españolas mediante pesca pasiva.
¿Nos defines el concepto pesca pasiva?
La pesca pasiva de basura marina es una estrategia de recogida de residuos en el mar que se basa en la captura no intencionada de residuos sólidos por embarcaciones durante sus actividades pesqueras habituales. En este enfoque, los pescadores no buscan específicamente la basura marina, sino que ésta es encontrada accidentalmente en sus redes. Esto permite aprovechar los recursos y esfuerzos del sector para retirar unos residuos que, de otra forma, permanecerían en el mar para siempre. Por ello, la participación de los pescadores es fundamental, ya que tienen un rol activo en separar y almacenar la basura atrapada para luego llevarla a puerto. Además de contribuir a la limpieza de los océanos y evitar que estos residuos continúen afectando la vida marina y el ecosistema, nos permite optimizar recursos y esfuerzos, dado que no requiere operaciones adicionales. Es una estrategia eficiente y efectiva para retirar basura marina de forma continua.
¿Qué estrategias consideras que deben implementarse para aumentar la tasa de recogida y reciclado de estos residuos?
El objetivo principal de todas las organizaciones que trabajamos en la prevención de la basura marina es evitar que esta se genere, por lo que antes de nada debemos de atacar el origen de esa basura, diseñando e implementando estrategias de manera conjunta entre sector público, privado y sociedad para evitar que más residuos sigan entrando en el mar cada día.
Mientras tanto, para favorecer la retirada de los residuos que ya se encuentran en el fondo del mar y su reciclaje a través de programas de pesca pasiva, debemos de comenzar facilitando la infraestructura necesaria para llevar a cabo la recepción de esos residuos en los puertos y la participación de los pescadores. Instalar puntos de recogida adaptados a sus necesidades es un primer paso que debe de incluir también el reconocimiento a los pescadores por su vinculación en estas tareas. Ellos son el primer eslabón y el más importante. Debido a las características de la basura marina, muy heterogénea en composición y altamente degradada, es imprescindible la inversión en tecnologías de clasificación avanzada, así como en el desarrollo de nuevas tecnologías de reciclaje que busquen incluir el mayor porcentaje de basura marina posible.
Por último, promover alianzas con el sector privado para fomentar el uso de materiales reciclados es un gran apoyo para poder crear una demanda de estos materiales, que nos permita además concienciar al consumidor de la existencia y la problemática de la contaminación de los océanos.
¿Qué objetivos concretos de recogida os habéis marcado? ¿Cómo se va a articular?
Buscamos recoger más de 70 toneladas de basura con la colaboración de 35 puertos pesqueros del Levante del país y sus pescadores. Estos pescadores recogen los residuos capturados de manera incidental en sus redes y los llevan a puerto, en donde la Fundación Ecoalf ha instalado unos contenedores dedicados sólo a la recepción de residuos marinos. Cuando están llenos, esos contenedores son recogidos por empresas de gestión de residuos, que los transportan a sus plantas y clasifican la basura por diferentes materiales, con el objetivo de reciclarla al máximo posible.
¿Cómo vais a medir el impacto social y ambiental de la implicación del sector pesquero?
El proyecto Digital MarineLitter Passport mide el impacto social y ambiental de la implicación del sector pesquero a través de un enfoque integral que combina la recogida de datos, la trazabilidad de los residuos y la participación activa de los pescadores en el proceso de recuperación de basura marina. El hecho de que los pescadores participen activamente en la pesca pasiva de residuos, capturando basura marina mientras realizan su trabajo habitual, genera una contribución directa a la limpieza de los océanos que pensamos no está siempre reflejado.
Para medir el impacto social, el proyecto se centra en el involucramiento de los pescadores y sus comunidades, evaluando cómo su participación influye en sus hábitos de trabajo y en su conciencia sobre la contaminación marina. El empoderamiento social es un componente clave, ya que los pescadores se convierten en agentes de cambio en sus comunidades, promoviendo la sensibilización y la protección de los océanos. Además, el proyecto realiza acciones formativas y educativas.
En resumen, buscamos entender y medir el impacto social y ambiental mediante el seguimiento de la cantidad de residuos retirados del mar, la trazabilidad de esos residuos y el análisis de cómo la implicación del sector pesquero influye en su conciencia ambiental.
Háblanos de la plataforma blockchain para mejorar la trazabilidad de los residuos marinos…
Una de las actividades incluye al implementación y piloto de una plataforma de trazabilidad de los residuos marinos. El objetivo principal es proporcionar transparencia en el proceso de recogida y reciclaje de estos residuos, asegurando que cada paso se gestione de manera eficiente y verificable, desde la recogida hasta la conversión en nuevos productos. La plataforma permite realizar un seguimiento en tiempo real del material recuperado, con información detallada.
En cuanto a la tecnología, emplearemos códigos QR que se asignan a los contenedores de residuos para identificar cada lote a medida que pasa de una etapa a otra, proporcionando una vista completa del recorrido de cada material. Aprovecha también la tecnología de gemelos digitales para garantizar la transparencia y seguridad de toda la información recopilada. Cada movimiento queda registrado, lo que permite verificar de manera confiable que los productos finales provienen efectivamente de materiales recuperados del océano. Esta tecnología de trazabilidad facilita la autenticación en cada fase, algo especialmente importante en el caso de residuos marinos, debido a la necesidad de confianza en el origen de los materiales reciclados.
En última instancia, buscamos fomentar una economía circular, permitiendo que los desechos del océano regresen a la cadena de producción de manera confiable y sostenible. Esto no solo ayuda a combatir la contaminación de los océanos, sino que también ofrece una solución responsable y transparente que permite además visibilizar el trabajo de los pescadores en la recogida de esos residuos.
Y en relación a la recopilación de datos del proyecto, ¿qué se espera encontrar con las caracterizaciones científicas?
Las caracterizaciones científicas de basura marina son fundamentales para entender a fondo la composición, el origen, la distribución y los impactos de los desechos en los océanos. Al analizar la basura encontrada, podemos identificar los materiales más comunes y las fuentes específicas. Con esta información, se pueden desarrollar estrategias más precisas y efectivas de mitigación y educación, así como políticas para reducir su impacto en el ambiente. La caracterización también permite estudiar cómo se distribuye la basura en el mar, identificar patrones y evaluar las áreas más afectadas. Esto es vital para definir zonas prioritarias de acción. Finalmente, los datos obtenidos en estas caracterizaciones son clave para las autoridades y organizaciones ambientales. Con ellos, podemos diseñar programas de limpieza, desarrollar campañas de concienciación, implementar regulaciones ambientales e incluso identificar los materiales más persistentes. Todo esto ayuda a reducir significativamente la contaminación marina y a proteger tanto la biodiversidad como la salud humana.
Y en materia de concienciación, ¿cuáles son las claves para sensibilizar sobre el impacto de los residuos en el mar?
Uno de los enfoques más efectivos para sensibilizar sobre el impacto de los residuos en el mar es involucrar directamente a las comunidades locales, especialmente aquellas que dependen del mar, como los pescadores. Los proyectos de pesca pasiva de residuos han demostrado ser una herramienta clave en este sentido. Estos proyectos no sólo contribuyen a limpiar los océanos, sino que también permiten que los pescadores se conviertan en agentes activos en la reducción de la contaminación y de concienciación.
En segundo lugar, es importante que estos proyectos se acompañen de formación y educación ambiental. Los pescadores no solo deben saber cómo capturar los residuos, sino también comprender por qué hacerlo y qué alternativas existen para reducir la cantidad de residuos que terminan en el mar.
Además, estos proyectos deben tener un enfoque comunitario, promoviendo la colaboración entre pescadores, autoridades locales y organizaciones ambientales. La conciencia colectiva es fundamental, ya que cuando una comunidad se une para luchar contra la contaminación, los cambios sostenibles son más fáciles de implementar. Incluir a los pescadores en el proceso no solo mejora los resultados, sino que también los convierte en defensores activos de la causa.
El proyecto también hace hincapié en la toma de decisiones informadas del consumidor, ¿cómo lo logramos?
Es fundamental proporcionarles la información adecuada de manera clara y accesible. Una de las claves en este proceso es asegurar la trazabilidad de los materiales utilizados en estos productos y por eso buscamos diseñar una plataforma que nos permita también hacerlo con las basuras marinas recicladas. Los consumidores necesitan saber de dónde provienen los materiales reciclados, cómo han sido recogidos y procesados, y qué impacto tiene su compra en la reducción de la contaminación marina. Cuando un producto está vinculado de manera transparente a una fuente concreta, en este caso a unos puertos específicos, esto genera confianza y motiva a los consumidores a elegir opciones más sostenibles.
La trazabilidad es esencial para garantizar que los procesos de recuperación y reciclaje son adecuados y reales. Los consumidores deben poder rastrear el ciclo de vida del material, desde que se recoge en el mar hasta que se convierte en un producto final. Esto no solo contribuye a la sostenibilidad, sino que también pone en evidencia los esfuerzos detrás de la recuperación de esos residuos por parte de los pescadores, involucrando a toda la sociedad en la limpieza y protección de los océanos.
¿Qué aporta cada una de las tres entidades participantes y cómo surgió la agrupación?
Las tres organizaciones llevamos años trabajando en proyectos de impacto medioambiental y social. DMP nació a partir de nuestra experiencia en esos proyectos y nuestro interés en mejorar la implementación de los proyectos de pesca pasiva de residuos.
Desde la Fundación Ecoalf, a través de nuestra experiencia en el proyecto Upcycling the Oceans, aportamos nuestra visión y nuestra red en la recuperación y reutilización de residuos marinos y nuestra experiencia con comunidades pesqueras, que ha permitido involucrar a los pescadores en la recogida de residuos. Además, durante los últimos diez años hemos focalizado nuestros esfuerzos en la educación y sensibilización de la sociedad en la lucha contra la basura marina, promoviendo la importancia de la economía circular y de la adaptación de hábitos de consumo sostenibles. AIMPLAS, el Instituto Tecnológico del Plástico, aporta su conocimiento técnico en el reciclaje de plásticos y su capacidad para desarrollar procesos innovadores de recuperación y valorización de residuos marinos. En este proyecto, AIMPLAS trabaja en optimizar las tecnologías de reciclaje para asegurar que los residuos plásticos recolectados sean transformados de manera eficiente y segura. ITWILLBE, por su parte, se encarga de la medición del impacto social y ambiental del proyecto. A través de su experiencia en digitalización de comunidades, nos va a permitir integrar a los pescadores y otras partes interesadas en un sistema digital que facilita la medición del impacto social de la implicación del sector pesquero, evaluando cómo su participación activa contribuye a la conservación marina y visibilizando y poniendo en valor la labor voluntaria del pescador, dándoles el protagonismo que se merecen.
DPM es un proyecto complementario a INTEMARES, el mayor proyecto de conservación marina de Europa. ¿Cómo valora y de qué forma va a contribuir a la gestión de espacios marinos protegidos en nuestro país?
DMP complementa de manera muy efectiva al proyecto Intemares, ya que ambos comparten el objetivo de proteger y conservar los ecosistemas marinos, pero desde enfoques complementarios y herramientas innovadoras. Mientras que Intemares se enfoca en la creación y gestión de áreas marinas protegidas con el propósito de conservar la biodiversidad y reducir las amenazas para los ecosistemas, DMP centra en la identificación, retirada y seguimiento de los residuos marinos que están presentes en los mares y que pueden impactar a la biodiversidad de estas áreas. DMP proporciona información valiosa sobre las basuras marinas presentes en zonas específicas y permite hacer un seguimiento continuo de los residuos que llegan a las áreas protegidas. La trazabilidad de los residuos, combinada con el enfoque de conservación de Intemares, ayuda a identificar las fuentes de contaminación y mejorar las estrategias de manejo en estas áreas clave.
En resumen, ambos proyectos trabajan en sinergia para no solo reducir la contaminación marina, sino también para garantizar que las áreas marinas protegidas estén mejor gestionadas y preservadas, lo cual es esencial para la salud de nuestros océanos y la biodiversidad que dependen de ellos.