Equipo del proyecto MESO_Alborán: “Los estudios en el Mar de Alborán han puesto de manifiesto la presencia de taxones de vida sésil singulares"

Martes, 13 Septiembre 2022

Alfredo Rosales (izquierda) y Fernando Rodríguez (derecha), director técnico del proyecto MESO_Alborán y presidente de la Fundación Museo del Mar de Ceuta, respectivamente

 

Profundizamos en el Mar de Alborán con Fernando Rodríguez y Alfredo Rosales, presidente de la Fundación Museo del Mar de Ceuta y director técnico del Proyecto MESO_Alborán, respectivamente. Ambos, biólogos y apasionados del mar, explican en esta entrevista las particularidades y relevancia de este mar y el trabajo realizado este año en el marco de la iniciativa.

 

Como especialistas en el área más occidental del Mar Mediterráneo, para quien no lo conozca, describan el Mar de Alborán.

El Mar de Alborán es uno de los principales hotspot para la biodiversidad europea, al constituir el entorno de confluencia entre el océano Atlántico y el Mar Mediterráneo. Es también un mar de confluencia entre continentes y con un muy importante desarrollo histórico natural, altamente influenciado por el arcaico Mar de Tethys y sus relaciones con la Macaronesia. Es, sin embargo, uno de los espacios del planeta más modulados por la actividad humana, al haber supuesto uno de los principales pilares para el desarrollo de las civilizaciones occidentales.

 

Este marco de confluencias queda reflejado ampliamente en los ecosistemas marinos, existiendo huellas de la alteración humana desde el inicio de nuestra andadura como especie, en contraste con la elevada presencia de endemismos y poblaciones relictas presentes en sus aguas.

 

A grandes rasgos, en relación a la geomorgología, se trata de un mar condicionado por la presencia dos grandes cuencas circulares a levante y poniente (este y oeste) y una dorsal central, la Dorsal de Alborán. Al norte de esta Dorsal se desarrolla un canal que conecta ambas cuencas, el Canal de Alborán. Entre los márgenes de las cuencas se extienden dos mesetas sedimentarias con escasa pendiente, la meseta de Motril al norte y la meseta de Mouluya al sur. Dentro de estas mesetas aparecen los llamados secos, una serie de montañas submarinas que se extienden desde profundidades en torno a los 800 m hasta los 100 m.

 

Esta geomorfología del fondo condiciona la dinámica oceanográfica de las aguas alboraníes, caracterizada por la distribución de masas de agua con diferentes orígenes en función de su densidad y profundidad. Así, el entorno superficial de la región más occidental, principalmente en la fachada norte, aparecen aguas superficiales atlánticas, mientras que las capas más profundas están constituidas por aguas mediterráneas tanto occidentales como orientales. Esta dualidad de orígenes es condicionante para los hábitats del Mar de Alborán, puesto que las aguas mediterráneas, de naturaleza profunda, protagonizan fenómenos de afloramiento o upwelling, aumentando de forma importante la concentración de nutrientes en suspensión mientras que disminuyen la temperatura del agua así como la profundidad de la zona fótica.  Estos fenómenos de upwelling alcanzan su mayor desarrollo en la Bahía de Málaga y espacios aledaños, generando importantes concentraciones de plancton que alimentan la cadena trófica.

 

Es, por tanto, un mar con una gran complejidad natural, presentando fenómenos propios de espacios oceánicos en un espacio geográfico reducido. Esta complejidad genera un elevado número de nichos ecológicos, lo que propicia la aparición de multitud de hábitats de elevada biodiversidad.

 

Por estos motivos el Mar de Alborán es un laboratorio natural que permite, con recursos más asequibles, conocer la evolución y causas de la actual situación, así como, no menos importante, ensayar experiencias de gestión encaminadas a lograr el paradigma del desarrollo sostenible al que aspiramos.

 

Fernando, usted lleva más de 20 años dedicados a la biología, ¿cómo ha avanzado en este tiempo el conocimiento y protección de la biodiversidad en el Mar del Alborán?

La aprobación de la Directiva 92/43/CE que desarrolla la Red Natura 2000 supuso un gran punto de inflexión en la proyección de áreas y zonas marinas protegidas en el Mar de Alborán, potenciado en la última década por proyectos LIFE de gran desarrollo como INDEMARES, Posimed o INTEMARES.

 

Este esfuerzo administrativo aún precisa de aplicación directa en el medio, destacando la implicación transversal de otras ramas de la administración. Como ejemplo, los planes de ordenación que garanticen el mantenimiento y la conservación de los valores naturales sobre los que se planteó la protección. Es esta una labor en desarrollo, compleja, pero de acuciante necesidad dada la degradación a la que se están sometiendo los entornos naturales alboraníes.

 

Este complejo marco oceanográfico acoge en sus aguas desarrollos socioeconómicos excepcionales de carácter nacional e internacional. Destaca por su extensión, efecto sinérgico y acumulativo, la intensidad en las últimas décadas (ya demasiadas) del desarrollo urbanístico y turístico en las fachadas españolas y marroquíes de este entorno. Estos modelos de desarrollo económico han supuesto la alteración de la gran mayoría de entornos litorales del Mar de Alborán, principalmente en la costa andaluza, no habiendo sido acompañado por planes de gestión que regulasen los impactos producidos por el mismo. A modo de ejemplo, aún está pendiente el oportuno tratamiento de aguas residuales en algunas de estas localidades.

 

Además, existen otros sectores que precisan de esfuerzos permanentes, como la sostenibilidad (en capturas, métodos o artes, rutas y zonas) del sector pesquero o, el intenso tráfico de grandes buques que soporta el Estrecho; con determinantes consecuencias en grandes animales.

 

Destacar en este sentido la dualidad de regulaciones presente en el área. En un mar en el que los giros oceanográficos condicionan completamente los ecosistemas neríticos y oceánicos, de poco sirve regular usos, cuotas y artes en la fachada norte, si ello no va acompasado con modelo sostenible en la fachada sur, o viceversa.

 

Finalmente, asistimos a una grave amenaza como es el fenómeno de la proliferación de Rugulopterix okamurae, por sus graves consecuencias en los sectores pesqueros y turístico, Su evidencia ha mejorado la confianza en el sector científico de estos sectores socioeconómicos tradicionales: que han ganado confianza en la componente científica social.

 

¿En qué otros proyectos de conservación trabaja la fundación?

La Fundación Museo del Mar de Ceuta tiene su sede física en la Ciudad de Ceuta. Es aquí donde desarrolla gran parte de los proyectos de investigación, conservación y divulgación. Si bien desde hace años también trabaja con intensidad en Canarias, resto de cuenca mediterránea y en las costas andaluzas, especialmente en Granada, donde contamos con una oficina.

 

En Ceuta, destacamos el compromiso y confianza de la Ciudad Autónoma de Ceuta y de la Autoridad Portuaria de Ceuta, que han apostado por desarrollar proyectos comunes con largo desarrollo temporal para la investigación, seguimiento de afecciones y divulgación de valores naturales. Entre ellos, el proyecto de Estaciones Centinela de Bioindicadores. Este último ha supuesto el desarrollo de una metodología científica para el seguimiento de alteraciones sobre los hábitats marinos derivadas de afecciones puntuales o del Cambio Global, integrándose en el proyecto T-MEDNET. La colaboración con la Autoridad Portuaria ha dado lugar igualmente al establecimiento de áreas marinas protegidas dentro de las aguas portuarias, tales como el LIC del Monte Hacho y a la propuesta de nuevas áreas protegidas en relación con el proyecto INTEMARES.  La metodología desarrollada en estos proyectos, de establecimiento y seguimiento de áreas protegidas, ha sido exportada a otros entornos mediterráneos, habiendo colaborado recientemente junto al Centro de Investigación Marina de Santa Pola (CIMAR), el departamento de Ciencias del Mar y Biología Aplicada de la Universidad de Alicante (UA), la Universidad libanesa y el Centro de Investigación Oceanográfico del Líbano en la creación de áreas marinas protegidas en la costa del Líbano.

 

La Fundación Museo del Mar de Ceuta ha creado la red de control de varamientos de la Ciudad de Ceuta y la construcción de un espacio único destinado al estudio y obtención de osamentas de tetrápodos marinos. Este espacio, conocido como “Pudridero”, ha dado lugar a una de las colecciones de osamentas de tetrápodos más importantes de Europa, a la creación de Alidrisia Marina, un boletín científico-divulgativo para estudios de tetrápodos marinos y al desarrollo de proyectos de exposición de osamentas en espacios públicos de la ciudad de Ceuta junto al gobierno autonómico.

 

Por otro lado, destacan, dada su relevancia científica y divulgativa, los proyectos desarrollados en las islas macaronésicas. Así, en colaboración con el Gobierno de Canarias, se están realizando proyectos de análisis de ecosistemas y exploración de los hábitats profundos canarios. Destacan aquí la colaboración con el Proyecto MIMAR+, cuyas acciones permiten entre otras cuestiones la detección de nuevas especies exóticas en el entorno canario o el proyecto “Estudio ecológico descriptivo de corales mesofóticos en el medio circalitoral: establecimiento de estaciones de monitoreo ambiental en relación al cambio global”. Estos proyectos, han sido exportados también a archipiélagos como el de Cabo Verde o Azores mediante colaboraciones con los gobiernos de Cabo Verde y Portugal.

 

Finalmente, destacan los proyectos desarrollados en los últimos años con la colaboración del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, destinados al desarrollo de propuestas de ordenación para espacios naturales protegidos de Ceuta y Melilla, seguimiento de poblaciones de tetrápodos del Estrecho, estudio de hábitats circalitorales, seguimiento de poblaciones de Astroides calycularis o desarrollo de técnicas genéticas para el estudio de especies coralinas. Esta última línea se ha visto además potenciada por la colaboración con la Universidad de Granada, desarrollando junto al Departamento de Genética una serie de proyectos cofinanciados por el CEI·MAR para el estudio genético y morfológico de las poblaciones de Parazoanthus axinellae y Gerardia savaglia.

 

Fernándo trabaja, además, como docente en la Universidad de Granada. ¿Cómo valora el compromiso e interés de las nuevas generaciones por la preservación del medio ambiente?

Las nuevas promociones de estudiantes y egresados en grados relacionados con la investigación y conservación ambiental presentan dos singularidades con respecto a las anteriores. Por un lado, la aceptación social mayoritaria, a pesar de algunos sectores que aún siguen dudando, de que los problemas ambientales forman parte de las preocupaciones y demandas sociales en general. Por otro, el desarrollo de Internet propicia un acceso permanente y exponencial a contenidos, artículos científicos o de divulgación, noticias, …, esto genera un conocimiento más detallado y exhaustivo que hace años. Las personas jóvenes tienen la suerte de haber establecido en su comportamiento rutinario la participación en redes sociales digitales, aspecto muy positivo y que permite globalizar conocimientos, experiencias y soluciones; aspecto al que hemos dedicado interés y recursos en el Proyecto MESO_Alborán.

 

Como deseo para las nuevas generaciones, recordarles que para el desarrollo y gestión de soluciones se precisa seguir trabajar y desarrollar otras “actitudes” humanas como la capacidad de negociación, generar sinergias y empatías, consenso, que permitan avanzar en el progreso social y preservación de la naturaleza, entre diferentes culturas, sensibilidades o formas de entender la existencia.

 

¿Podríais describir el estado ambiental de Alborán en la actualidad? ¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrenta?

Una incursión en las aguas del Mar de Alborán, sin importar la modalidad en la que se realice, genera una sensación agridulce para toda persona con una sensibilidad ambiental mínimamente desarrollada. La gran belleza y singularidad de los ecosistemas y comunidades presentes contrasta con la realidad de que no existe una zona en el Alborán libre de impactos humanos. Esto es fácilmente observable en la franja costera, donde aparecen multitud de residuos, vertidos o impactos de la actividad humana (agrícola, turística, pesquera recreativa) sobre las poblaciones piscícolas y coralinas, pero también se extiende a las áreas más profundas. Así lo atestiguan las distintas campañas de estudio en profundidades circalitorales y batiales, donde se pueden observar daños patentes por artes de pesca activos y fantasma o desechos de origen antrópico. Sin embargo, este es un entorno de constatada resiliencia, donde la mitigación y reducción de los impactos, incluso mediante acciones puntuales, puede tener un efecto “rápido” de mejora sobre los ecosistemas.

 

El conocimiento de esta situación plantea una serie de retos para garantizar la perdurabilidad de los valores naturales del Mar de Alborán, así como la sostenibilidad de las actividades humanas que se nutren de los mismos. Así, se hace primordial regular y controlar los usos, puesto que es la falta de ordenación de los espacios naturales ya existentes una de las principales amenazas para este medio.

 

De igual modo, es necesaria una ardua labor de divulgación y concienciación que ponga en conocimiento de los ciudadanos el valor de sus mares y potencie su apertura a políticas ambientales y a actuar como guardianes del medio. Es también importante potenciar la transformación de la industria extractiva promoviendo la creación de explotaciones acuícolas.

 

Creemos necesaria la generación de espacios de sinergia o confrontación de ideas, proyectos e iniciativas. Actualmente, existe diversidad de actores o agentes implicados, pertenecientes a sectores diversos (urbanístico, portuario, turístico, pesquero, conservacionista, científico, recreativo, náutico, …), y que incluso disponen de recursos públicos que, consideramos, podrían optimizarse generando oportunidades al desarrollo de iniciativas de empleo y empresariales que diversifiquen la dependencia de los nichos laborales ligados al Mar de Alborán, incrementando así su resiliencia y avanzando en un modelo de economía azul sostenible.

 

El proyecto se centra en zonas aún desconocidas del Mar de Alborán, ¿cuáles son y por qué es relevante su estudio?

Existe en el Mar de Alborán, pero también en otras zonas del litoral español, una franja batimétrica en la que se han desarrollado menos trabajos de exploración científica que en entornos superiores o inferiores. Estos entornos se sitúan dentro de la zona mesofótica (de ahí el nombre del proyecto MESO_Alborán), un rango batimétrico en el que la penetración de la luz se ve progresivamente disminuida permitiendo aún el desarrollo de ciertas especies fotosintéticas. Esta zona suele extenderse desde los 30-40 m, la profundidad máxima para el buceo recreativo con aire hasta unos 150 m. Esto genera un espacio en el que no es posible realizar trabajos científicos mediante equipo de buceo autónomo recreativo y profundidades mayores en las que la operación de grandes ROVs es viable.

 

No obstante, se han detectado en el Mar de Alborán una serie de entidades geomorfológicas como cañones, microescarpes o taludes con desarrollo en este ámbito mesofótico. El proyecto MESO_Alborán estudia ocho de estas zonas en base a su potencial teórico para mantener poblaciones de especies de interés pesquero o protegidas, así como de constituir posibles áreas de freza o alevinaje desde las que se produce radiación de individuos a áreas protegidas aledañas o caladeros activos.

 

Así, se estudian los cañones submarinos, taludes y micromontañas de la Costa de Granada desde Castell de Ferro a la Punta de La Mona; el entorno de micromontañas del Placer de las Bóvedas en Estepona, Málaga, así como el talud y cañon aledaños al ZEC de Saladillo- Punta de Baños; los microescarpes y cañones reófilos de la costa de Ceuta aledaños al LIC del Monte Hacho y a las nuevas zonas protegidas propuestas por la Fundación Museo del Mar de Ceuta en el seno del proyecto INTEMARES; los entornos reófilos aledaños al  LIC de Aguadú en Melilla; y los microescarpes submarinos mesofóticos de las Islas Chafarinas, aún por explorar como atestiguan los recientes descubrimientos de corales negros por parte de investigadores de la Universidad de Granada y del equipo que conforma MESO_Alborán.

 

En definitiva, ¿cómo ayudará este estudio a impulsar la economía azul en esta área?

Centrados en la actividad pesquera, la transformación llevada a cabo en las últimas décadas de la flota pesquera española ha supuesto un importante avance hacia la sostenibilidad del sector.

 

Es necesario continuar reduciendo algunas interacciones directas; en general relacionadas con algunos artes de pesca que generan daños o reducen hábitat o especies bioconstructivas, muchas veces protegidas, entre las que las especies de interés pesquero desarrollan parte de su ciclo vital.

 

De este modo, es importante avanzar en el conocimiento del funcionamiento de las masas de agua, de sus funciones ambientales y de los servicios ambientales que prestan a la humanidad. Por ejemplo, en MESO_Alborán, y restos de trabajos que realizamos, creemos que investigando y conociendo mejor estos sistemas se amplía la comprensión sobre áreas potenciales para la freza y el alevinaje, así como de áreas en los que las comunidades biológicas presentan una mayor diversidad. De esta manera, este tipo de estudios son útiles a medio y largo plazo para conseguir un desarrollo lo más equilibrado posible ligado al mar.

 

Por otro lado, el mejor conocimiento de estas áreas permite avanzar en la necesaria ordenación y uso de sus recursos (aspecto aún pendiente de concretar), en la generación de oportunidades alternativas, o en la creación de espacios de interacción y sinergia, todos ellos fundamentales para acometer un enfoque azul del desarrollo humano.

 

Y en materia de investigación de biodiversidad marina, ¿en qué necesitamos avanzar?

Los estudios realizados en los últimos años en el Mar de Alborán han puesto de manifiesto la presencia de taxones de vida sésil singulares, endémicos de este entorno o con distribuciones acotadas. Destacan aquí especies de esponjas y corales de elevado interés para comprender la historia natural de este espacio. En este sentido, la Fundación Museo del Mar de Ceuta está avanzando junto a la Universidad de Granada en el desarrollo de nuevas técnicas de clasificación moleculares, que completan y mejoran las técnicas clásicas basadas en caracteres morfológicos. Ello ha permitido que fruto de estos trabajos, entre los que se encuentra MESO_Alborán, se ha propuesto un nuevo modelo de aproximación taxonómica a los corales, descubriendo nuevas especies para la ciencia en el Mar de Alborán.

 

Lo anterior es un ejemplo de los frutos de una colaboración franca y cooperativa entre los stakeholders. Hay que avanzar, por tanto, en conseguir espacios de colaboración entre los diferentes de la administración (central, autonómico, local), y los centros de investigación derivados; incluso auspiciando colaboraciones público-privadas.

 

¿Cómo se está desarrollando el estudio?

Se ha planteado un cronograma de nueve meses dadas las necesidades asociadas al programa Pleamar. Durante el primer mes, en enero de 2022, se llevó  a cabo un estudio documental y cartográfico de las zonas en las que se desarrollan los trabajos de campo. Este estudio supone una actividad constante, llevada a cabo durante todo el proyecto.

 

Por otro lado, se iniciaron acciones concretas de estudio del medio marino mediante ROV, sondas oceanográficas y buceo autónomo con aire y mezcla de gases. Estas acciones presentan una dificultad de coordinación adicional al desarrollarse en un medio de alto riesgo para la fisiología del ser humano, además de ser altamente cambiante por factores climáticos. MESO_Alborán ha desarrollado campañas en la Punta de la Mona, Salobreña, Cañón de Jolucar, Calahonda y Castell de Ferro en Granada, en las bahías Sur y Norte de Ceuta, en las costas occidentales de Málaga, en Melilla y las Islas Chafarinas.

 

Los trabajos de campo se han complementado con un proceso de divulgación mediante la realización de charlas y actividades de participación en Ceuta, Granada y Melilla, así como actividades telemáticas. Finalizados los trabajos de campo, continua una fase centrada en la producción de contenidos de divulgación, informes técnicos y artículos científicos.

 

El proyecto cuenta con el apoyo del Programa Pleamar, ¿cómo va a ayudar al proyecto MESO_Alborán?

La viabilidad del proyecto depende por completo de la cofinanciación aportada por la Fundación Biodiversidad a través del programa Pleamar. Este programa genera un marco de colaboración interdisciplinar y entre instituciones de elevado interés para la generación de sinergias entre proyectos Pleamar y con el Life INTEMARES.

 

Para la Fundación Museo del Mar de Ceuta, este apoyo ha supuesto un reconocimiento y empuje a nuestra trayectoria investigadora y al trabajo que hacemos durante años. Desde un enfoque social, destacamos que el proyecto ha permitido la creación tres nuevos puestos de trabajo indefinidos de jóvenes investigadores, así como otros importantes efectos derivados de este apoyo como son la adquisición, renovación o mejora del instrumental necesario para el estudio ocenagráfico. Finalmente, además, el proyecto ha permitido colaborar con agentes locales en cada una de las estaciones de estudio.

 

En otro ámbito, el Programa Pleamar es una plataforma excepcional desde la que divulgar y difundir los resultados del proyecto, que va mucho más allá del alcance y potencialidad que tendríamos por nuestra cuenta.

 

Finalmente queremos poner en valor la labor de los técnicos que la Fundación Biodiversidad destina al seguimiento de proyectos asociados a este programa y a MESO_Alborán, facilitando de forma definitiva las labores administrativas y, en consecuencia, logísticas o técnicas previstas. Lo que nos ha animado a establecer las bases para un próximo MESO_Alborán II, en el que ya estamos trabajando.