Margarita Fernández Tejedor, directora de LEVABENTOX: “El proyecto tiene un valor clave para entender los riesgos para la salud pública y la seguridad alimentaria de la presencia de dinoflagelados bentónicos potencialmente tóxicos en aguas del Levante”

Lunes, 4 Agosto 2025
Margarita Fernández Tejedor, directora del proyecto LEVABENTOX

Mejorar el conocimiento sobre las comunidades de dinoflagelados bentónicos potencialmente tóxicos en la costa sur del Levante español con el fin de apoyar la ordenación del espacio marítimo es el objetivo del proyecto LEVABENTOX. Margarita Fernández Tejedor, directora de la iniciativa, subraya la importancia de conocer mejor este grupo de microalgas, algunas de las cuales generan “toxinas que afectan a la fauna marina, produciendo mortalidad de peces y otros organismos, mientras que otras especies producen toxinas que afectan a las personas, ya sea por respirar los aerosoles cerca de la orilla del mar o por bañarse en aguas en las que haya una proliferación de estas especies”, destaca.

 

¿En qué medida los dinoflagelados son un potencial peligro para el sector pesquero y la biodiversidad marina? ¿Cómo afectan a la salud pública y a la seguridad alimentaria?
Los dinoflagelados son un grupo de microalgas en el que algunas de las especies son productoras de toxinas, entre ellas hay especies planctónicas y especies bentónicas. Cuando se dan las condiciones ambientales idóneas, estas especies proliferan alcanzando una abundancia suficiente como para producir efectos nocivos. Las toxinas que generan algunas especies afectan directamente a la fauna marina, produciendo mortalidad de peces y otros organismos. Otras especies producen toxinas que afectan directamente a las personas expuestas a ellas, ya sea por respirar los aerosoles cerca de la orilla del mar o por bañarse en aguas en las que haya una proliferación de estas especies. Los organismos filtradores, como por ejemplo los bivalvos, acumulan las toxinas que pueden tener las microalgas con las que se alimentan. Estas toxinas pueden afectar a la salud de los consumidores, ya que los peces también pueden acumular estas toxinas. La legislación europea garantiza que los bivalvos que se cosechan en las zonas de producción clasificadas no contienen este tipo de toxinas, ya que en los programas de control oficial de estas zonas se realizan las analíticas de fitoplancton en las muestras de agua y de toxinas en los bivalvos de forma rutinaria. También se realizan analíticas en las aguas de algunas playas durante la temporada de baño. Estos programas de control se centran en el análisis de las comunidades planctónicas, pero, normalmente, salvo algunas excepciones no incluyen el estudio de las comunidades de microalgas bentónicas en las que también se pueden encontrar especies de dinoflagelados productores de toxinas. En los últimos años se han observado cambios en la distribución de algunas de estas especies, como, por ejemplo, las especies del género Gambierdiscus, cuya presencia se está observando en latitudes más altas, y desde el año 2017 sabemos que está presente en Baleares. Las especies del género Gambierdiscus producen las toxinas que provocan la enfermedad conocida como ciguatera, que se produce por consumo de pescado que ha acumulado estas toxinas. En el Mediterráneo aún no se han dado este tipo de casos, pero la presencia de las especies productoras de las toxinas representa un riesgo que se debe tener en cuenta, sin olvidar que la sola presencia de las especies productoras no representa un riesgo inmediato, sino que es la proliferación de éstas por encima de un nivel determinado lo que sí puede dar lugar a un episodio de toxicidad. Este nivel de riesgo es diferente para las diferentes especies y sus rangos se han podido establecer para algunas de estas especies.

Hasta la fecha, la presencia de estos microorganismos no había sido estudiada en el Levante. ¿Por qué es importante conocer el estado de estas comunidades en aguas de Murcia y Almería, principal objetivo de LEVABENTOX?
Hasta la fecha ha habido pocos estudios sobre dinoflagelados en el Levante y ninguno dedicado a las especies bentónicas. Ros y Miracle (1984) estudiaron los dinoflagelados planctónicos del Mar Menor en el año 1980 y Bouza y Aboal (2008) realizaron un estudio de las especies planctónicas en la costa sur de Murcia en el año 2006. Ese mismo año 2006, ocurrió un episodio de proliferación del género Ostreopsis en el litoral de Murcia que afectó a los bañistas de varias playas del término municipal de Águilas. Este tipo de episodios también ocurren en el litoral de Almería. Conocer el estado de estas comunidades de dinoflagelados bentónicos también nos permitirá evaluar el impacto del cambio climático en los ecosistemas marinos.

 

¿Cuáles son las principales actividades de la iniciativa?
En las campañas de muestreo en las zonas rocosas de la costa de Murcia y de Almería, así como en la Reserva Marina de Cabo Tiñoso recogemos fragmentos de macrófitos para obtener los dinoflagelados bentónicos que viven epífitos sobre los macrófitos. Durante estos muestreos también recogemos muestras de agua para el análisis de la concentración de clorofila y de nutrientes y medimos los parámetros fisicoquímicos del agua adyacente. A partir de las muestras recogidas aislamos las células de los dinoflagelados para iniciar cultivos clonales de las diferentes especies. Estos cultivos los escalamos hasta llegar a volúmenes de cultivo de 5 litros, este proceso puede tardar algunos meses ya que empezamos el cultivo partiendo de una única célula y al final del proceso cosechamos 30 millones de células para hacer los análisis de las toxinas que producen. Además, no todas las células aisladas sobreviven en cultivo y pueden pasar varias semanas hasta que se pueda decir que el cultivo está establecido. Para realizar la correcta identificación a nivel de especie en algunos casos combinamos métodos de microscopía óptica, microscopía electrónica y biología molecular. Otra de las actividades del proyecto es el desarrollo y validación de un método de análisis de las toxinas producidas por las especies del género Ostreopsis usando el método de LC-MS/MS y el análisis de confirmación por HMRS. La creación de una base de datos del proyecto que cumpla con los criterios necesarios para su publicación en la Red Europea de Observación e Información del Mar es una de las actividades del proyecto, por la que estos resultados estarán disponibles en repositorios digitales de acceso libre. Las acciones de difusión del proyecto abarcan tanto a la comunidad local residente en la zona geográfica del estudio como al sector pesquero y también a las administraciones públicas.

 

¿Con qué desafíos os estáis encontrando hasta la fecha?
Uno de los desafíos que nos hemos encontrado es el de la obtención de los permisos para la realización de los muestreos, ya que tardan varios meses desde el momento de la solicitud. En el caso del permiso de la Reserva Marina hicimos la solicitud en octubre y aún no lo hemos recibido. Otro de los desafíos es el de la dificultad de los métodos analíticos para las toxinas que estamos estudiando, la puesta a punto del método de análisis de las toxinas producidas por Ostreopsis se alargó un mes más de lo previsto ya que en función de la marca de los disolventes utilizados obteníamos resultados dispares.

 

¿Qué papel juega el sector pesquero en la iniciativa? ¿Hasta qué punto es consciente el sector de las consecuencias de la presencia de dinoflagelados bentónicos potencialmente tóxicos en la pesca?
Se trata de una problemática hasta cierto punto reciente en nuestro litoral. A los pescadores les puede afectar por ejemplo por la exposición a aerosoles en situaciones de proliferaciones del género Ostreopsis, como ocurrió a bañistas de esta zona por primera vez en el año 2006 (Barroso García et al, 2008), los síntomas serían de estornudos, mucosidad abundante, irritación de la garganta e incluso fiebre. En el caso de estar en contacto con el agua durante una de estas proliferaciones, los síntomas serían de dermatitis. Las consecuencias también pueden ser que en el futuro se llegue a detectar en el Mediterráneo la presencia de peces que contengan ciguatoxinas debido a la presencia de las especies del género Gambierdiscus en las aguas del Mediterráneo.

 

La Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) es el otro miembro de la agrupación. ¿En qué se traduce su labor?
La UPCT conoce bien los ecosistemas marinos del litoral de Murcia y los agentes de la zona y se encarga de la realización de los muestreos tanto en la costa como en la Reserva Marina. La UPCT también se encarga del procesado inmediato de las muestras en sus instalaciones y del aislamiento de clones de los dinoflagelados para el establecimiento de los cultivos, los análisis de la abundancia de los dinoflagelados y el análisis por microscopía electrónica de algunas muestras. La UPCT también ha realizado difusión del proyecto a través de la participación en distintos eventos organizados por esta universidad.

 

¿Qué actores son los beneficiarios potenciales de los logros de la iniciativa?
Los beneficiarios potenciales son los pescadores, los usuarios de las playas y las autoridades competentes en materia de pesca, acuicultura, seguridad alimentaria y conservación de la naturaleza.

Los datos recopilados tienen valor para la gestión de los recursos pesqueros y también desde un punto de vista del avance científico que suponen.  En ese sentido, ¿qué peso tiene en el proyecto la transferencia y divulgación del conocimiento adquirido?
Los datos recopilados tienen un valor fundamental para entender, por un lado, los diferentes riesgos para la salud pública y la seguridad alimentaria, y también para entender los impactos del cambio climático en los ecosistemas marinos de nuestro litoral. Un avance científico importante es que en el marco de este proyecto se han detectado células epífitas de Gambierdiscus por primera vez en la costa de la península ibérica. Hasta ahora se habían detectado en las islas, pero no en el continente, aunque un equipo de la Universidad de Alicante detectó su presencia en columna de agua en la costa de Denia y Jávea en muestras recogidas en el año 2023.